¿Está la felicidad sobrevalorada?

A lo largo de nuestra vida, vamos cogiendo caminos y aceptando situaciones con el fin de ser felices. Vamos buscando la felicidad en todas sus vertientes, y creemos que todo lo que debemos hacer es lo correcto para llegar al camino de la ésta. 

A medida que vas cumpliendo años, te vas dando cuenta que la felicidad no es más que un  momento efímero, que por X circunstancias te hace sentir bien, feliz, especial, pero es sólo eso un cúmulo de sentimientos en un momento determinado.

La felicidad no es un estado de ánimo en el que podemos estar sumidas durante toda nuestra vida, es un estado de ánimo temporal, que a veces sentiremos y que a veces no, pero el problema viene cuando esperamos de éste sentimiento que sea el motor de nuestra vida. Es lógico que nuestro propósito en la vida sea ser felices, que queramos llegar a un punto en el que lo único importante sea sentirnos realizados y estar a gusto con nosotros mismos.

Pero hay un problema, ¿esperamos mucho de los demás o de nosotros mismo? Pues sí, siempre pensamos que nos merecemos más o que nos tienen que dar más de lo que tenemos para llegar al a felicidad absoluta y si en vez de pensar así lo que hiciéramos fuese no esperar nada y estar feliz con lo que va viniendo seguro que todo nos iría mejor. No habría tanta ansiedad, tanto estrés, tanto inconformismo y sobretodo tanto malestar con uno mismo. La importancia de valorar las cosas en su justa medida es la clave para no vivir en un constante circulo vicioso lleno de inseguridades, infelicidad y sufrimiento.

Por ésto, es importante enseñarles a los niños desde pequeños, que podemos ser felices con pocos, que no debemos esperar nada de nadie solo de nosotros mismos, y que solo nosotros somos capaces de hacer por nosotros mismos todo, que nadie te va a dar la felicidad, en todo caso te complementara la tuya, pero la felicidad la vas a conseguir tú realizándote como persona, y haciendo las cosas como quieres.

Por muchos obstáculos que puedan tener, tienen que aprender que luchando por ellos mismos llegarán a ser todo lo felices que deseen.